Arquitectura hostil. El reto de los arquitectos en el diseño urbano

La arquitectura hostil es un enfoque de diseño urbano que se utiliza para evitar comportamientos no deseados en espacios públicos.

Este tipo de arquitectura, también conocida como arquitectura anti vagabundos, se puede ver por ejemplo, en:

  • bancos con divisores para evitar que las personas se tumben
  • picos en superficies planas para evitar que alguien se siente
  • o estructuras que disuaden actividades como el skateboarding.

Aunque la intención de estos diseños es mejorar la seguridad urbana y el orden, su implementación ha sido motivo de una gran controversia, ya que la arquitectura hostil tiene efectos profundos en la sociedad, especialmente en términos de exclusión social y acceso a espacios públicos.

Es por eso, que el desafío para los arquitectos reside en encontrar un equilibrio entre la seguridad y la inclusión, asegurando que las políticas urbanas no perpetúen la marginalización de ciertos grupos.

Unos arquitectos, que dicho sea de paso, tienen una gran responsabilidad al diseñar estos espacios urbanos, ya que sus decisiones afectan directamente a la vida de las personas que utilizan estos entornos.

Por eso, es fundamental que estos arquitectos estén bien protegidos y respaldados por pólizas de seguros específicas para arquitectos, que les ofrezcan cobertura en caso de disputas o problemas legales derivados de sus decisiones de diseño.

 

Qué es arquitectura hostil

La arquitectura hostil es una estrategia de diseño urbano que busca disuadir ciertos comportamientos en espacios públicos.

Como ya hemos adelantado antes, estos diseños incluyen bancos con reposabrazos intermedios para evitar que las personas se acuesten, superficies inclinadas que dificultan el descanso, o barreras físicas que impiden el acceso a ciertos lugares.

Te puede interesar:  Diseño urbano sostenible: Cómo los arquitectos revitalizan los espacios públicos

De la misma forma, el término «arquitectura anti vagabundos» se utiliza frecuentemente para describir estas intervenciones, ya que su objetivo principal es desalentar la presencia de personas sin hogar en áreas públicas.

Esta arquitectura agresiva no solo afecta a las personas sin hogar, sino que también puede tener un impacto negativo en otros grupos, como los jóvenes, los ancianos y las personas con discapacidades.

Aunque estas medidas pueden mejorar la seguridad urbana, su implementación puede generar una amplia controversia.

Muchos argumentan que estas estrategias son una forma de exclusión social y que no abordan las causas subyacentes de los problemas urbanos, ya que las políticas urbanas deben considerar tanto la necesidad de seguridad como la importancia de la inclusión social.

 

Impacto de la arquitectura hostil en la arquitectura y la seguridad urbana

La arquitectura hostil tiene un impacto significativo en el diseño urbano y en la seguridad de las ciudades.

Por un lado, estas estrategias pueden mejorar la seguridad urbana al prevenir comportamientos indeseados y mantener el orden en los espacios públicos.

Sin embargo, la efectividad de la arquitectura hostil es cuestionada por muchos expertos, ya que a menudo solo desplaza los problemas en lugar de resolverlos.

Uno de los principales efectos de la arquitectura hostil en la sociedad es la exclusión social.

Al diseñar espacios que desalientan la presencia de personas sin hogar, jóvenes o cualquier otro grupo considerado «problemático», se corre el riesgo de crear entornos urbanos que no sean acogedores ni inclusivos, lo que puede aumentar la marginalización y perpetuar las desigualdades sociales.

Es por eso, que las políticas urbanas y la arquitectura hostil deben ser cuidadosamente equilibradas para no fomentar la exclusión social.

Te puede interesar:  Inteligencia Artificial aplicada a la arquitectura. Claves para el éxito

En lugar de recurrir a medidas defensivas, es importante que los diseñadores urbanos y los responsables de estas políticas trabajen juntos para encontrar soluciones que aborden las causas fundamentales de estos problemas urbanos.

Y esto, como imaginarás, puede incluir el diseño de espacios públicos más accesibles, la implementación de programas de apoyo social y el fomento de la convivencia en la comunidad.

Además, la arquitectura defensiva puede tener consecuencias no deseadas, como la reducción de la calidad de vida en las ciudades.

Los espacios públicos que son hostiles y poco acogedores pueden desalentar la interacción social y la participación comunitaria, lo que puede afectar negativamente el tejido social de una ciudad.

En este sentido, resulta fundamental que los diseñadores y arquitectos urbanos consideren estos aspectos al planificar y desarrollar entornos urbanos.

 

Ejemplos de arquitectura hostil

 

Existen numerosos ejemplos de arquitectura hostil en ciudades de todo el mundo.

Muchos de estos ejemplos ilustran cómo los arquitectos urbanos utilizan diversas estrategias para controlar el comportamiento en los espacios públicos.

Veamos algunos ejemplos de esta arquitectura hostil.

1.- Bancos con divisores

En muchas ciudades, los bancos en los parques y las estaciones de autobuses están diseñados con reposabrazos intermedios para evitar que las personas se acuesten.

Este diseño es una clara muestra de arquitectura anti vagabundos, ya que desalienta a las personas sin hogar de utilizar estos espacios para dormir.

2.- Picos en superficies planas

Las superficies planas, como los alféizares de las ventanas y los bordes de los edificios, a menudo se cubren con picos o clavos para evitar que las personas se sienten o se recuesten.

Esta medida, aunque efectiva para mantener el orden, puede ser vista como una forma de arquitectura agresiva que excluye a ciertos grupos de la sociedad.

Te puede interesar:  Restauración de edificios históricos y del patrimonio arquitectónico

3.- Estructuras anti-skateboarding

En muchas ciudades, se instalan barreras físicas o se diseñan superficies irregulares para impedir la práctica del skateboarding en ciertas áreas.

Estas medidas están destinadas a prevenir daños a la propiedad y mantener la seguridad urbana, pero también pueden limitar el acceso y disfrute de los espacios públicos por parte de los jóvenes.

4.- Superficies inclinadas

Algunos espacios públicos están diseñados con superficies inclinadas para evitar que las personas se detengan o descansen en ellos.

Esta estrategia se utiliza comúnmente en áreas donde se desea mantener un flujo constante de personas, como entradas de edificios y estaciones de tren.

5.- Rociadores automáticos

En algunas ciudades, se han instalado sistemas de rociadores automáticos en áreas donde las personas sin hogar tienden a dormir.

Estos sistemas se activan periódicamente para mojar el área, lo que hace incómodo y poco práctico que alguien permanezca allí durante mucho tiempo.

Aunque esta medida puede disuadir la presencia de personas sin hogar, también ha sido criticada por su crueldad y falta de humanidad.

6.- Iluminación intensa

Otro ejemplo de arquitectura defensiva es el uso de iluminación intensa en ciertas áreas públicas durante toda la noche.

Esta táctica se utiliza para evitar que las personas duerman en estos lugares, ya que la luz brillante puede ser perturbadora.

Si bien puede aumentar la seguridad urbana al reducir comportamientos no deseados, también puede contribuir a la exclusión social y a la alienación de los individuos que no tienen otro lugar donde ir.

Estos ejemplos de arquitectura hostil demuestran cómo el diseño urbano puede influir en el comportamiento y la interacción social en los espacios públicos.

Aunque muchas de estas medidas pueden mejorar la seguridad y el orden, también plantean preguntas importantes sobre la inclusividad y la justicia social en el entorno urbano.

Por eso, es crucial que arquitectos y diseñadores urbanos, así como los responsables políticos consideren tanto la efectividad de la arquitectura hostil como sus posibles efectos negativos en la sociedad.